Qué ver en Estonia en 7 días: Guía completa

Si estás buscando un destino europeo que lo tenga todo, una capital medieval de cuento, naturaleza salvaje, islas misteriosas y un toque de historia soviética, pero que aún no esté abarrotado de turistas, deja de buscar: Estonia es tu sitio. Muchas veces, la gente piensa en los países bálticos como un bloque, pero te aseguro que Estonia tiene una personalidad única que te va a sorprender.

La primera vez que planeé un viaje a esta zona, mis expectativas se centraban en Tallin. Pensaba que con un par de días allí ya lo habría visto todo. ¡Qué equivocado estaba! Descubrí un país lleno de bosques, pantanos con pasarelas de madera, islas con molinos de viento y una cultura digital que choca con su aire medieval. Para que no te pase como a mí y puedas exprimir tu viaje, he preparado esta guía con todo lo que necesitas saber sobre qué ver en Estonia en 7 días.

Antes de empezar: Consejos prácticos para tu viaje

Antes de meternos en el itinerario, vamos a aclarar algunas dudas básicas que siempre surgen al planificar.

• Moneda de Estonia: Una preocupación menos. Estonia forma parte de la Eurozona, así que la moneda de Estonia es el euro (€). Podrás pagar con tarjeta en prácticamente todos lados, incluso en pueblos pequeños, pero siempre viene bien llevar algo de efectivo para mercados o pequeños cafés.
• Cómo moverse: El país es relativamente pequeño y las carreteras están en buen estado. Alquilar un coche te da una libertad increíble para explorar a tu aire, sobre todo para llegar a los parques nacionales. Si no, la red de autobuses es muy eficiente y conecta las principales ciudades y pueblos.
• Mapa de Estonia: Antes de ir, te recomiendo que te familiarices con un mapa de Estonia. Verás que Tallin está en la costa norte, y que el país está salpicado de islas al oeste, como Saaremaa y Hiiumaa. Hacia el este encontrarás el Lago Peipus, que hace frontera con Rusia, y al sur, las colinas de la región de Tartu. Tener esta imagen mental te ayudará mucho a organizar la ruta.

Itinerario: Un viaje inolvidable por Estonia en 7 días

Este plan de 7 días está pensado para que te lleves una visión completa del país, combinando la vibrante vida de la capital con la paz de su naturaleza y el encanto de sus islas.

Días 1 y 2: Descubriendo Tallin, la joya medieval

Lo más probable es que tu aventura comience en Tallin, y te aseguro que el flechazo será instantáneo. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, es uno de los mejor conservados de Europa.

Qué hacer en Tallin:

• Perderse por la Ciudad Vieja (Vanalinn): Dedica el primer día a caminar sin rumbo por sus calles empedradas. Empieza en la Plaza del Ayuntamiento (Raekoja plats), admira la farmacia más antigua de Europa todavía en funcionamiento y simplemente déjate llevar por el ambiente.
• Subir a los miradores de Toompea: La ciudad alta, o Toompea, ofrece las mejores vistas panorámicas de los tejados rojos de Tallin. Los miradores de Kohtuotsa y Patkuli son paradas obligatorias para sacar la foto perfecta.
• Catedral de Alexander Nevsky: En la misma colina de Toompea, esta imponente catedral ortodoxa de cúpulas bulbosas te recordará el pasado de Estonia bajo el Imperio Ruso.
• Explorar el barrio de Kalamaja: El segundo día, sal de la muralla y visita el barrio más bohemio y moderno de Tallin. Aquí encontrarás el Telliskivi Creative City, un antiguo complejo industrial reconvertido en un hervidero de tiendas de diseño, arte urbano, restaurantes y bares de moda.
• Visitar el Museo Seaplane Harbour: Aunque no seas un fanático de los barcos, este museo es espectacular. Ubicado en unos antiguos hangares para hidroaviones, su pieza central es un submarino real de los años 30 al que puedes entrar. ¡Una pasada!

Día 3: Naturaleza en el Parque Nacional de Lahemaa

A solo una hora en coche desde Tallin, el Parque Nacional de Lahemaa es el lugar perfecto para desconectar y sumergirte en la naturaleza estonia.

Qué hacer en Lahemaa:

• Paseo por las pasarelas del pantano de Viru: Esta es una de las experiencias más mágicas de Estonia. Caminar sobre pasarelas de madera que flotan sobre un paisaje de musgo, lagunas oscuras y pequeños pinos es algo que no se olvida. Hay una torre de observación a mitad de camino con unas vistas increíbles.
• Descubrir las aldeas de pescadores: Recorre la costa y visita pueblos con encanto como Käsmu, conocida como la «aldea de los capitanes», o Altja, con sus casas de madera y redes de pesca secándose al sol.
• Visitar una mansión báltico-alemana: La región está salpicada de antiguas mansiones señoriales. Palmse o Sagadi son dos de las más famosas y se pueden visitar para entender cómo era la vida de la aristocracia en el pasado.

Días 4 y 5: Aventura en la isla de Saaremaa

Para llegar a la isla más grande de Estonia, tendrás que coger un ferry. La experiencia de usar los ferries de Estonia es parte de la aventura. El trayecto desde Virtsu (en la península) hasta Kuivastu (en la isla de Muhu, conectada a Saaremaa por una carretera) es corto y muy bien organizado.

Qué hacer en Saaremaa:

• Explorar Kuressaare: Es la «capital» de la isla. Su principal atractivo es el Castillo Episcopal, una fortaleza medieval increíblemente bien conservada rodeada por un foso.
• Cráteres de Kaali: Un lugar único. Hace miles de años, un meteorito impactó aquí, creando un conjunto de cráteres. El principal es ahora un pequeño lago circular rodeado de un aura de misterio y leyendas.
• Acantilados de Panga: Dirígete a la costa norte de la isla para admirar estos impresionantes acantilados de piedra caliza que caen a plomo sobre el mar Báltico. Las puestas de sol desde aquí son espectaculares.
• Molinos de viento de Angla: Esta colina es la imagen más icónica de la Estonia rural. Aquí se conservan un grupo de molinos de viento de madera tradicionales que te transportarán a otra época.

Día 6: Tartu, el corazón intelectual de Estonia

Dejamos las islas y nos dirigimos al sur para visitar la segunda ciudad del país. Tartu es la sede de la universidad más antigua y prestigiosa de Estonia, lo que le da un ambiente joven, culto y muy animado.

Qué hacer en Tartu:

• Pasear por su casco antiguo: Es más modesto que el de Tallin, pero tiene mucho encanto. No te pierdas la Plaza del Ayuntamiento y su famosa estatua de los estudiantes besándose bajo un paraguas.
• Visitar la Universidad de Tartu: Fundada en 1632, es el alma de la ciudad. Su edificio principal es una joya neoclásica.
• Subir a las ruinas de la Catedral: Ubicadas en la colina de Toomemägi, las ruinas góticas de la antigua catedral son un lugar precioso para pasear. Parte del edificio ha sido restaurado y alberga el museo de la universidad.

Día 7: Regreso a Tallin y despedida

El último día lo dedicaremos a volver tranquilamente hacia Tallin para coger el vuelo de vuelta. El trayecto en coche o autobús desde Tartu dura unas 2 horas y media. Si tienes tiempo, puedes hacer una parada en Viljandi, una pequeña ciudad con unas pintorescas ruinas de un castillo sobre un lago.

Un apunte especial: Estonia en Navidad

Si estás pensando en viajar en invierno, visitar Estonia en Navidad es una experiencia mágica. El mercado navideño de Tallin está considerado uno de los más bonitos de Europa. La Plaza del Ayuntamiento se llena de puestos de madera que venden artesanía, vino caliente especiado (glögi) y comidas típicas. Con la nieve cubriendo los tejados, la ciudad parece sacada de una postal. ¡El frío se te olvida al instante!

Estonia es un destino que lo tiene todo para sorprenderte. Es un viaje que combina cultura, historia y una naturaleza arrolladora. Te aseguro que volverás a casa con la sensación de haber descubierto uno de los secretos mejor guardados de Europa.