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Tren Irlanda: Recorre la Isla Esmeralda con Interrail en 7 Días

Viajar en tren Irlanda es una experiencia única que combina comodidad, libertad y paisajes inolvidables. Irlanda, conocida como la Isla Esmeralda por sus prados verdes y naturaleza exuberante, es un destino perfecto para ser recorrido sobre raíles. Desde las vibrantes ciudades como Dublín, Galway y Belfast hasta los encantadores pueblos costeros y los imponentes acantilados, un viaje en tren por Irlanda permite descubrir todos los rincones de este fascinante país de manera relajada y auténtica.

En InterrailEuropa, expertos en viajes ferroviarios por Europa, sabemos que cada ruta cuenta una historia, y en Irlanda, esas historias están llenas de mitología celta, castillos medievales, música tradicional y paisajes que parecen sacados de una postal. Con un pase de Interrail Irlanda, puedes explorar sin límites el país en tren, eligiendo tu propio ritmo y los destinos que más te atraigan. Ya sea que busques sumergirte en la cultura irlandesa, admirar la belleza natural o simplemente disfrutar del placer de viajar sin prisas, este itinerario de Irlanda en 7 días en tren es ideal para ti.

¿Por qué elegir el tren para viajar por Irlanda?

Elegir el tren Irlanda como medio de transporte es apostar por una forma práctica y sostenible de viajar. Aunque Irlanda no cuenta con una red ferroviaria tan extensa como otros países europeos, las conexiones entre las principales ciudades y regiones turísticas son eficientes, frecuentes y cómodas.

Ventajas de viajar en trenes en Irlanda:

• Confort y paisajes: Los trenes irlandeses ofrecen asientos espaciosos, grandes ventanales y la oportunidad de disfrutar de algunos de los paisajes más bellos de Europa sin tener que preocuparse por el tráfico o la navegación.

• Libertad total con Interrail Irlanda: El pase Interrail permite una flexibilidad absoluta para decidir sobre la marcha a dónde ir, cuántos días quedarse en cada ciudad, y cambiar de planes si surge algo interesante.

• Conexión cultural: Viajar en tren en Irlanda permite interactuar con locales, disfrutar de pueblos pequeños y experimentar el país desde una perspectiva más cercana y real.

• Accesibilidad y comodidad: Las estaciones están bien ubicadas y son fáciles de utilizar, incluso para quienes viajan por primera vez.

🟢 Día 1: Dublín – La Puerta de Entrada

Tu aventura comienza en la capital irlandesa. Dublín es el punto de partida ideal para cualquier viaje en tren por Irlanda. Aquí puedes pasar el día explorando el Trinity College y su famosa biblioteca, pasear por el animado barrio de Temple Bar, visitar la Guinness Storehouse y conocer la historia en el Kilmainham Gaol.

Qué hacer en Dublín:

• Biblioteca del Trinity College y el Libro de Kells

• Cerveza en Temple Bar

• Visita a la Catedral de San Patricio

• Crucero por el río Liffey

Tren sugerido para el día siguiente: Dublín – Belfast (aproximadamente 2h 10m)

🟢 Día 2: Belfast – Historia y Modernidad

Cruza hacia Irlanda del Norte para descubrir Belfast, una ciudad con un fuerte carácter industrial, marcada por su pasado político pero completamente revitalizada. El Museo del Titanic, ubicado en el astillero donde se construyó el famoso barco, es una parada obligatoria. También puedes pasear por el centro histórico, hacer un recorrido político en taxi negro o visitar los murales del conflicto.

Trenes en Irlanda del Norte están perfectamente integrados con el pase Interrail, lo que hace que moverse entre las dos Irlandas sea fluido.

Qué visitar en Belfast:

• Titanic Belfast

• City Hall y Catedral de Santa Ana

• Peace Walls y murales políticos

• Mercados tradicionales como St. George’s

Tren sugerido: Belfast – Derry/Londonderry (aprox. 2h 30m)

🟢 Día 3: Derry y la Costa Norte

Derry, también conocida como Londonderry, es una de las ciudades amuralladas mejor conservadas de Europa. Es un lugar perfecto para explorar a pie, caminar por las murallas, y descubrir la historia reciente de Irlanda del Norte. Desde aquí puedes tomar un autobús o excursión hacia la Calzada del Gigante, uno de los paisajes naturales más impactantes del país.

Qué hacer en Derry:

• Paseo por las murallas

• Museo de Free Derry

• Excursión a la Calzada del Gigante y Puente de Cuerda de Carrick-a-Rede

Tren sugerido: Derry – Galway (con conexión, aprox. 5h)

🟢 Día 4: Galway – Espíritu Bohemio

Galway es conocida por su ambiente artístico, su música callejera y su espíritu juvenil. Es una ciudad costera vibrante con un aire bohemio y muy viva. Puedes pasar el día explorando sus tiendas locales, visitando el Spanish Arch, o tomando una excursión a los famosos Acantilados de Moher o al Parque Nacional de Connemara.

Qué ver en Galway:

• Latin Quarter

• Spanish Arch y paseo marítimo

• Música tradicional en pubs

• Excursiones a los Acantilados de Moher

Tren sugerido: Galway – Limerick o Ennis (opcional, aprox. 2h)

🟢 Día 5: Limerick o Región del Shannon

Limerick es una ciudad histórica que suele estar menos en el radar turístico, pero tiene mucho que ofrecer. El Castillo del Rey Juan, las vistas del río Shannon y el ambiente tranquilo la convierten en una parada ideal antes de seguir al sur. También puedes visitar Adare, considerado uno de los pueblos más bonitos de Irlanda.

Qué hacer en Limerick:

• Castillo del Rey Juan

• Hunt Museum

• Excursión a Adare

• Relajarse junto al Shannon

Tren sugerido: Limerick – Cork (aprox. 2h)

🟢 Día 6: Cork – Sur Vibrante

Cork es la segunda ciudad más grande de la República de Irlanda y ofrece una combinación encantadora de historia, cultura y gastronomía. No te pierdas el Mercado Inglés, la Catedral de San Finbar y un paseo por el río Lee. Desde aquí puedes visitar Blarney Castle para besar la famosa piedra que te otorgará el don de la elocuencia.

Qué hacer en Cork:

• Mercado Inglés

• Blarney Castle

• Galerías y cafeterías locales

• Explorar el Barrio Victoriano

Tren sugerido: Cork – Dublín (aprox. 2h 30m)

🟢 Día 7: Regreso a Dublín

Termina tu viaje regresando a Dublín. Si tu vuelo sale tarde, aprovecha para hacer algunas compras, visitar el Museo Nacional o simplemente disfrutar de un último café irlandés mientras rememoras los lugares que conociste durante la semana.